La altísima presión de contacto de una calandria proporciona a los tejidos un tacto flexible, una superficie cerrada gracias a una mayor densidad del material y también una superficie lisa y brillante. Los rodillos de calandria son uno de los componentes más caros en la fabricación de máquinas textiles y los daños aunque sean pequeños provocan defectos en el tejido, que se propagan en la longitud de repetición. Los daños requieren una sustitución inmediata y una reparación de coste elevado. Las costuras también pueden dañar los rodillos de calandria. Un detector de costuras lo detecta en una fase temprana y la presión de contacto se reduce brevemente mientras pasa la costura.